Al caer la tarde, miles de grullas llegan a Gallocanta después de haber estado campeando desde primeras horas de la mañana por los campos de cereales cercanos detrás del alimento diario. Es todo un espectáculo, y el sonido ensordecedor que producen cuando se llaman entre ellas, denominado "trompeteo", es digno de escucharse.
Algunas como estas se retrasan y apuran más de la cuenta llegando, casi, con los faros encendidos.
Algunas como estas se retrasan y apuran más de la cuenta llegando, casi, con los faros encendidos.