Empecé en la profesión con analógico y, además, siempre digo que soy “bipolar” en la fotografía porque tengo dos “yoes” fotográficos completamente diferenciados.
Uno es el fotógrafo, al que le da igual la cámara y otro es el coleccionista, que precisamente lo que le importa es la cámara. Por suert, cada uno está en una parte de mi cerebro completamente aislados uno de otro.
El analógico lo uso hoy en día sólo para ir usando las cámaras que tengo (si se usan no se estropean) pero no haría un proyecto con ellas por la siguientes razones:
1. A mí me interesa la imagen final, no el proceso, como me interesa lo buena que es una novela, no con qué está escrita o lo bueno que es un cuadro y no el pincel con el que se ha pintado.
2. Con el digital puedes investigar en la imagen, con el analógico es imposible.
3. Si se es analógico, se es analógico con todas las consecuencias. Me refiero a serlo hasta el final: usar carrete, revelar y positivar. Si sólo se revela y escanea obtienes un archivo digital y, por lo tanto, eres digital con lo que, para mí, no tiene mucho sentido.
4. Además, si sabes procesar bien puedes darle exactamente el mismo look que tiene el analógico. De hecho, mi estilo de color tira hacia allí.
Y ojo! Que te lo dice uno que dispara en analógico prácticamente cada semana, pero para mantener las cámaras y por la nostalgia. Para mis proyectos, sin duda digital.
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Y mi nevera jajaja
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