Cierto, el 24-105 es de lo más versátil, pero por peso te amarga las caminatas.
Una cuestión, habéis coincidido varios en 35mm fijo y adelante.
Esa opción nunca me la había planteado, no la tengo aún asimilada.
¿Y porque no un 24mm con lo que se gana angular y se puede recortar igual?
Le sigo dando vueltas y lo de cambiar el cuerpo de la A7IV para ir a menos, tras haber visto otras opciones, no me acaba de llenar.
Otra opción sería meterle a la A7IV un objetivo apsc, tipo sigma 18-50, ya tengo 35mm, angular y tele, y quizá lo que pierdo en calidad con el recorte compense en parte el apsc??
Mmmm.....
Porque aunque recortes, la profundidad de campo es de un 24mm, no de un 35.
Además para paisaje urbano va mejor un 35mm que un 24mm porque las verticales no se caen. Con un 28mm también lo salvarías.
El 90% de los reportajes profesionales de viajes, si no más, se hacen con un 35mm. O bien con un 28mm y un 50mm si se quiere rizar el rizo un poco más (sobretodo en retratos) pero con un 35mm se hace todo.
Prácticamente todos los viajes que me han publicado, han sido hechos con un 35mm o con un 28mm y un 50mm.
Lo que yo hago es: si no he estado nunca, me llevo el 35mm que es un todoterreno y con él lo hago todo.
Si ya he estado y quiero hacer algún retrato de gente y me he de meter en un interior un poco más angosto, me llevo el 28mm y el 50mm.
Nada más.
En los viajes, menos es más y se ha de caminar muchas horas. Si llevas un equipo pesado al final te pones de tan mala leche de lo incómodo que es que no ves ni foto. Ni ganas tienes de hacerlas.
Este verano estoy haciendo un encargo para Sony con un A7CII y dos zooms de Sony, el 24-50 y el 16-25.
Sony me lo encargó porque son las focales, sobretodo el 24-50, que más o menos uso en reportaje. Aún sabiendo que yo jamás uso zooms ni teles me lo encargaron porque son focales que se ajustan a mi trabajo.
Como es un encargo, pues los he de usar, lógicamente, y sí, son más compactos que un 24-70, por ejemplo, peroooooo no veo el momento de volver a mis fijos. Esta mañana he tenido que hacer una parte del reportaje. ¿Sabéis con qué lo he hecho? pues con el 24-50 fijado todo el rato en 28mm y tan pancho.
Es más, en los talleres de reportaje de viaje que doy, siempre viene alguien con una mochila cargada de objetivos. Pues es el que menos y peores fotos hace el 100% de las veces porque mientras va cambiando de objetivos o va haciendo zoom in - zoom out pasan cosas, y se las pierde. En cambio, el alumno que viene con un fijo, normalmente 28, 35 o incluso 50mm le suele sacar mucho provecho.
Aparte, los zoom tienen un problema y es que al no ver siempre en una focal, el cerebro no puede crear el patrón mental para esa focal, luego cuesta mucho más componer rápido. Y esto no es una ida de olla mía, está científicamente demostrado. El cerebro es el órgano que más energía consume luego nuestro cuerpo siempre está intentando ahorrarla. Cuando éramos muy niños seguramente la primera vez que cogimos un bolígrafo le dimos mil vueltas, lo mordisqueamos, lo intentamos romper... porque no sabíamos lo que era. En cambio, una vez nuestro cerebro hubo creado el patrón mental de un bolígrafo, ya lo reconocemos al instante, no tenemos que perder tiempo pensando qué es eso y, por consiguiente, gastando innecesariamente energía. Lo mismo ocurre con cualquier objeto; vemos una taza y sabemos que es una taza, un coche, unas llaves... no tenemos que discurrir a ver qué puñetas es cada cosa.
Con la composición fotográfica ocurre exactamente igual. Creamos unos patrones mentales de composición y si usamos siempre zoom no digo que sea imposible pero sí mucho más difícil porque todo nos cambia constantemente.
Tampoco entiendo la necesidad de usar zoom en un viaje. Por ejemplo, ¿qué necesidad tenemos de sacar la nariz de una gárgola que está en lo alto de Notre Dame, por ejemplo? Si se hiciera un estudio sobre arquitectura gótica lo entendería pero poco interés tiene para el que lo vaya a ver, si quiere ver un reportaje de viajes.
Cuando hacemos fotografía de viaje, debemos mirar con ojos de viajero, no de turista. Ahí es donde están las fotos más interesantes.
Un turista, generalmente, viaja para relajarse, disfrutar de servicios y experiencias prediseñadas, y visitar los puntos turísticos más conocidos de un destino. Es decir, hace lo que hace la mayoría de personas y, por consiguiente, lo normal es que haga las fotos que hacen la mayoría de personas también.
Un viajero, por el contrario, viaja por el deseo de descubrir, aprender, y explorar un lugar en profundidad, entendiendo su cultura, su gente y su forma de vida. Ahí está el quid de la cuestión y, para eso, os aseguro que no hace ninguna falta un zoom e ir cargado como un burro con alforjas.
Entiendo el uso de zooms si hacemos fauna o deportes, por ejemplo, donde te has de colocar muy lejos de lo que quieres obtener pero ¿viajes? A menos que sea un safari a Kenia, no lo entiendo, la verdad.
También entiendo el uso del 24-70 si eres fotoperiodista y te mandan, por ejemplo, a cubrir la presentación de un jugador de fútbol y has de volver con la foto sí o sí sin importar tanto la composición (lo que prima es la noticia) y no sabes si estarás delante, detrás, a la izquierda o a la derecha. Entonces sí tiene sentido pero, de nuevo, para este tipo de fotografía creo que es lo peor que se puede llevar.
Cuidado, no digo que no se puedan hacer buenas fotos de viaje con un zoom, digo que, para mí y para fotografía de viajes, los zooms tienen muchos más inconvenientes que ventajas.
Esta foto, por ejemplo, está hecha con el Sony Zeiss 35mm f2.8 y la A7RV. Ni el objetivo es muy luminoso ni la cámara rinde especialmente bien con muy poca luz con sus 61 megapíxeles.
En cambio, la ventaja de pesar prácticamente nada y estar muy habituado a esa focal hace que la "veas" prácticamente al instante y compongas también sin pensar. Por poneros un ejemplo.